Caminar por mi barrio es algo que no trae sorpresas. No es un barrio freak o cool. Solo es gente.
Un mediodía de un día de semana cualquiera, de una primavera que deja ver el sol tibio, el tipo como de 30 años. Nada en su manera, en su forma, eran llamativos. Venia caminando por la avenida y ahí lo vi! Paseando a su mascota, con una correa de cuero. ¿Un perro? Pues no, un gato, que es paseado como perro.
Señoras mayores se acercaban a acariciar al felino, ante un orgullo simulado por la indiferencia de su amo.
Además de mi fobia declarada por los malditos felino.
Si, claro. Para cruzar lo alzo y al llegar a la vereda lo puso sobre su hombro, como si fuera un loro! Y seguio su camino… llevándolo como un loro…
Pensé en aclararle su confusión animal… pero se lo veía tan orgulloso!
1 comentario:
gracias por tu visita a mi blog, tengo mucho sin escribir ahi pero ya ire actualizando conforme tenga tiempo y ganas.
Don Ro
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