Desnudez insolente de palabras
danzando en transe
alrededor de cataratas de desilusiones
que empañan el eco de un sueño,
quebrado por secuencias de mentirosas bocanadas
de turbia emotividad.
Llegar hasta el fondo.
Tocar el vacío.
Construir olvidos y
perder añoranzas
bajo un diluvio de lágrimas,
con una copa de vinos,
varios cigarrillos
y el sinfín de blues
acariciando la piel.
Mientras, la noche invade desde el ventanal
más que la soledad.
Después de todo,
los recuerdos se hacen
de amores perdidos