Parte del asunto
de esta película muda,
sin subtitular,
es descifrar el enigma
que la esfinge
grita de espalda,
cabeza abajo,
tapada la cara
con su faldón.
Aprendí el color negro
y me olvidé de cuanto es
dos más dos.
El resto
es un do sostenido
que no para nunca de sonar.
Los escalones crujen
cuando son golpeados
por tus silencios.
Expelen olor a humedad
de madera vieja
de recuerdos
que no me pertenecen.
No podría explicar las razones del pedido. No hay tinte oscurantista ni a pertenecen subterfugios mentales que da pudor pronunciarlos. Simplemente no sé por que.
El pedido concreto es saber quien es el visitante numero mil. Que sea tan amable de dejar huella, marca.
Tampoco sé para que, no hay premios ni gratificaciones.
Gracias.
O la venganza será terrible (Alejandro Dolina dixit).
Escenas de la vida porteña: andar por las calles dispara imágenes que provocan letras, acertadas o no.
Postales familiares: Recuerdos que vuelven a acariciar una piel distinta.
En fin! al que guste pase por: www.ojomirada.blogspot.com
El tiempo me mostró
un día que desconozco.
Lleno de respuestas las dudas
que nunca pregunte.
Encerrada en desiertos
de relojes de arena,
caigo lento
y vuelvo a empezar.
Detrás del cristal,
la vida
camina
con paso rápido.
Acá,
adentro,
la monotonía
es de nunca acabar.
Ojos elevando las pestañas.
Corren a tu pradera.
La ventisca del corazón
con latido desesperado,
agita el cabello.
Humedezco los labios,
saboreando el manjar
que imagino en tus besos.
Podés descifrar lo que anhelo
en el humo del cigarrillo
que fumo mientras espero
que se conjuguen los deseos.
