sábado, 8 de septiembre de 2012

En unos minutos




















El tiempo fue desgastando las caricias
que ya dejaron de ser tibias
Los dedos, ya huesudos,
solo anidan olvidos.

Fueron días de vientos
los que apagaron al sol
y resecaron las sonrisas
de felicidades efímeras.

La muerte comenzó a desperezarse
y a saborear la carroña
de mi carne podrida
que en unos minutos cenará.