lunes, 22 de diciembre de 2008

viernes, 12 de diciembre de 2008

Aburrimiento













El aburrimiento me espetó

a la vera de un camino sin pasión,

donde hoy tampoco amaneció.

Dicen que el sol se perdió

en la maraña de horas muertas

en los brazos estancados de los días.


Polvo de estrellas

interfieren en el lagrimal

de pretéritos dolores,

que me abrazan siempre,

antes de dormir.




viernes, 5 de diciembre de 2008

El tiempo pasa y no me vuelvo tecno



Detesto cumplir años y no es novedad. La cercanía a la fecha, me tiñe de un humor rayando lo insoportable.

Detesto todo lo que viene con la edad.

Temo de una manera dura, fuerte, insistente y terca a la parca.

Así que, intento ver el lado bueno de todos estos años y como siempre, es el amor lo que sostiene el alma un erguida.

Va una galería de las personas que más amo, por orden de aparición en mi vida, para evitar problemas de cartel jaja Gracias a ellos porque me aguantan mi humor de mal llevada, porque me quieren y me tienen paciencia, porque me rescatan muchas veces sin saberlos y porque cada uno de ellos me hace feliz, llorar de gratitud por tenerlos, quererlos y a veces extrañarlos.



Mi vieja: porque disfruta de la vida y siempre va por más, porque tiene la cabeza abierta al cambio, porque me está preparando una torta prometedora y porque es una hincha pelotas, pero es mi mamá.








Al nono Luis: por los cuentos que me contó, porque me hizo reír mucho, por los caramelos ricos que me compraba, porque me hacia regalos ingeniosos, porque cada vez que veo nísperos me trae cataratas de recuerdos y porque recordarlo me hace feliz otra vez.







Marce, mi hermano: porque tuvimos una linda vida juntos, porque lo extraño horrores desde que está lejos y más desde que se fue a España, porque es el papá de Guido y de Belén (solo conozco por fotos a la beba madrileña), porque me enseñó mucho de música y porque tiene un mutismo que detesto (quizás porque se parece mucho al mío).






A mi amiga Gaby: porque nos conocemos desde los 9 años en una profesora de guitarra que graciosamente se llamaba Susana Jiménez (era morocha y sin glamour), porque tenemos complicidad, porque me hizo buscar esta foto de ella en un cuasi topless porque si ponía una actual me mataba, porque siempre la vida nos vuelve a reunir y porque tenemos un pacto de vejez que es indisoluble.





A Diega y Moni: porque por mi torpeza y ceguera los perdí en alguna esquina de la vida, a pesar de quererlos tanto.






A Guido, mi sobrino: porque tiene unos ojos hermosos, porque es un amor de nene, sano, tierno y porque en los últimos meses me enseñó mucho de la vida y porque con unas palabras movió una roca que años de terapia no lo lograron y porque tiene unos pulgares en sus manos que son un prodigio.




A Horacio: porque es mi Bonito, porque me hizo volver a sentir amor, por su humor y su malhumor, porque me hizo descubrir y sentir cosas que nunca sospeche que podía o tenía en mi, porque nos reímos, porque es creativo, porque me dedicó alguna poesía, porque me regaló cuadros invaluables, porque dice que somos familia y porque me sigo estremeciendo cada vez que lo tengo cerca.







Y por último: