El día llego.
No vinieron los cuatro jinetes del Apocalipsis… ya tenia capa y espada para darles batallas.
No me convertí en estatua de sal en todo este tiempo que me di vuelta a mirar mi pasado ….
Se abrió el mar rojo, para que lo cruce ….
Es el día D, del desembarco de mis tropas a los 40.
Pero no es el día del juicio final...
Duele un poco.
Es como haber escalado, y ahora empezar a descender. Pero no por haber llegado a la cumbre, sino porque se va a hacer de noche y hay que emprender la retira. Pero no vencida.
Hay dos frases, una se las escuchaba de adolescente a mi hermano y a un amigo: “zapatero nunca” porque no se que clase de cofradía que querían armar. La otra es de uso popular, de mis años mozos “tanto nadar para morir en la orilla”.
Entonces será cuestión de nadar y no quedarme con una sola gloria.
Así que planeo que mientras vaya bajando de la vida, me voy a detener más a ver el paisaje, me voy a perder un poco más. No hay apuro, solo la avidez de no querer perderme nada más.
La llegada esta asegurada, la hora del juicio final llega. Pero no hay juicio para mí, solo el que yo me impongo.
Realmente no quiero arrepentirme de más nada y mucho menos de no haberlo intentado.
Brindo por los malditos 40!
Salud, dinero y amor.
Vasos y besos.
Que los cumpla feliz!!!!
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