
Hubo tres, cuatro
o diez lágrimas,
no más.
Ya es hora de los reproches más crueles
hacia mi crédula ignorancia
por saborear amor ahí,
donde hubo nada
y empezar a olvidar.
Roces hablan un dialecto
que comprenden solo los cuerpos.
Miradas profanan las pieles
que crepitan lujuriosas.
Besos corrompen cada lunar
que se hacen néctar en la boca.
Volutas de frenesí
envueltas en sábanas cansadas,
nos lleva a la infinitud
de un caleidoscopio
de pasiones voluptuosas.
Ibas a cuestas de tu mirada taciturna
y a paso lento por tus dolores ancestrales.
No me atreví a romper el sortilegio
con alguna palabra.
Dejé que el pasado
te lleve con él.
Pero hoy quizás será por el sol
que despertó mis sentires de su hibernación.
O el viento que huele a tu piel,
O será esta canción
que me hizo resbalar en tu recuerdo
y caer en el deseo de respirar tu sabor,
palpar tus palabras
y verme tatuada en tu piel
entre sábanas arrugadas.
Vuelvo a las huellas.
Me encamino a tu portal
para emigrar a tus brazos,
agonizar en tus besos
y desfallecer sin miedo ante vos.
Llegar hasta el fondo.
Tocar el vacío.
Construir olvidos y
perder añoranzas
bajo un diluvio de lágrimas,
con una copa de vinos,
varios cigarrillos
y el sinfín de blues
acariciando la piel.
Mientras, la noche invade desde el ventanal
más que la soledad.
Después de todo,
los recuerdos se hacen
de amores perdidos
Te entregué mi puño de verdades
que retrucaron tus mentiras negras
y patearon los silencios
de pocas palabras.
Me fui con aire ganador
del callejón mal oliente
donde los amores van
a caer en desgracias.
Tarareo soledades
que le sonríen.
Barajar.
Volver al juego.
Lejos de la cárcel
de tus miradas fingidas.
I-
Con malabares alquímicos
invoqué a los dioses
del infierno del olvido.
Pero ya había olvidado tu nombre,
tu perfume y tu recuerdo.
No tuve ofrenda de amor,
el corazón no había sentido.
II-
Puse flores en la tumba del amor.
Amor ficticio,
nunca sentido.
Lloré por mi soledad profunda.
Soledad simulada
detrás de tu presencia traslúcida.
Me despedí del pasado.
Juré no volver a creer
en dioses inexistentes.
III-
Miserias en el alma
que espantan hasta a los fantasmas más temidos.
Miedos que prepotean al vacío.
Deshecho a los temores
Y a la mugre que empañan mis ojos.
Soy de las que anda entre melancolías
y recuerdos insomnes entre mis sábanas frías,
pero olvidé cada letra de tu nombre.
No quedó muesca alguna en mi alma
de tu paso por mi días.
Soy de las que extraña por las mañanas,
el perfume de los sentires que acariciaron la piel,
pero ya no deseo tu nada
esparcida en besos y abrazos vacíos
paridos en tu corazón de oquedad absoluta.
Soy lo que llora tristezas, anida en ausencias
y respira soledades que no marchitan,
ya puedo verme a los ojos, sonreírme
y susurrarme al alma:
Fulano pretencioso
que se da dique de gran galán,
¡chamuyero de poca monta!
Querés levantarte minas
que te den guita para morfar.
Comés con dios
y a la catrera te llevás al diablo
mientras soñás que sos el único tipo
al que se puede amar.
Me engrupiste como a una gila.
Querías afanarme el orgullo,
el corazón y hasta la dignidad .
Te batí tus mentiras,
y te caíste en tu orgullo magullado
de gran varón
que no respeta ni a la vieja,
porque a esa,
hasta el pateás el bastón.
¡Andá Fulano! Rajá
No pierdo más tiempo
ni para decirte chua!
(Es una forma graciosa de “cantarle las cuarenta” a un hombre que ya no vale la pena.
Nada mejor para los malos amores que reírnos en nuestra cara por dejarnos engañar.)
Por si alguno necesita dejo algunos significados del lunfardo porteño:
Cantar las cuarenta: decir la verdad a alguien
En Solfa: Broma, mofa.
Fulano: hombre innominada.
Dar dique: Engañar con falsas apariencias.
Chamullar: Conversar, murmurar
Levantar: conquisar
Catrera: cama
Mina: mujer
Guita: plata
Morfar: comer
Engrupir: engañar
Gila: tonta
Batir: delatar
Afanar: Robar
Rajar: escapar