sábado, 22 de marzo de 2008

Instantanea










Dormida en la esquina de tu espalda

siento el consuelo en mi boca.

Tu rocío baña mi cuerpo,

sacia el yugo gratificante.

Desfallecen los males

ante el abrazo envolvente,

como suspiros llevados al viento.

Fortaleza que me convoca

a desafiar a las estrellas

por la luz más seductora.

Instante efímero,

que muere.

Vuelvo a ser yo,

la de siempre.




1 comentario:

Llanura Pampeana dijo...

No hay que dejar de ser uno mismo.

Saludos!



Si ud tiene animales caídos del sistema, traigalos a pasear a la llanura.