domingo, 1 de diciembre de 2013

En unas horas




















En unas horas
comienza tu muerte.
Morirás en el ataúd de mi boca
que no mencionará tu nombre
aunque muera de frío.
Mi corazón será
como un espejo
al que se le lanza
la piedra de tu ausencia.
Sepultado vas a estar
debajo de la pila de fotos nuestras,
que se irán borrando con el tiempo,
ahogando los recuerdos de tu piel
y hasta de tu sombra.

En una horas
comienzan la lágrimas
en procesión mortuoria,
lentas peregrinas
y con esa inconfundible pestilencia
a flores que marchitan de tristeza.
Rezos herejes
exorcizan al cuerpo
de dolores impíos.
El alma se persigna,
derrotada se desploma
a los pies de un amor
que se desbarranca
del abrazo sin despedida.


1 comentario:

Kuervo, el dijo...

Hola y saludos¡¡¡

Espero estés bien y esta semana la hayas pasado genial.

Que sigáis disfrutando este fin de semana.

Nos leemos despuesito (si, amenazo con regresar),ya que hoy pase a "fusilarme" uno de tus textos para leerlo en unas horas, quiero pensar que no te molestaras. Aclarare por supuesto la autoría de dichas letras.

Un beso...