domingo, 10 de abril de 2011

Llorarme

















Me lloré

en la penumbra

del vacío

del silencio atronador,

hasta secarme de recuerdos.


Me lloré

entre la multitud

de calles zombis

hasta perderme

en el laberinto de la soledad.


Me lloré

hasta que la piel

comenzó a cincelar grietas

en las se enraizaron

olvidos desvanecidos.


Dejé de llorarme

cuando los ojos hinchados

no supieron reconocerme.






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