domingo, 9 de enero de 2011

Luego y después

















Aspiro morderte el corazón.

Sumergirme en tu pecado.

Internarme en muestro infierno de dos.

Recrear el tacto de pertenecernos.

Vestirnos con el perfume de las pieles

en devaneo sensualmente frenético.

Luego,

más luego

y después,

reposar sobre tu pecho

bajo el imperio del silencio.


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