
Me columpio en la nostalgia
de recuerdos ocres
hacia el dolor amargo
por tu ausencia.
Desde un casi desierto corazón
pulsan sentires lánguidos
que me columpian en la agonía
del alma rancia.
Roces hablan un dialecto
que comprenden solo los cuerpos.
Miradas profanan las pieles
que crepitan lujuriosas.
Besos corrompen cada lunar
que se hacen néctar en la boca.
Volutas de frenesí
envueltas en sábanas cansadas,
nos lleva a la infinitud
de un caleidoscopio
de pasiones voluptuosas.
Ibas a cuestas de tu mirada taciturna
y a paso lento por tus dolores ancestrales.
No me atreví a romper el sortilegio
con alguna palabra.
Dejé que el pasado
te lleve con él.
Pero hoy quizás será por el sol
que despertó mis sentires de su hibernación.
O el viento que huele a tu piel,
O será esta canción
que me hizo resbalar en tu recuerdo
y caer en el deseo de respirar tu sabor,
palpar tus palabras
y verme tatuada en tu piel
entre sábanas arrugadas.
Vuelvo a las huellas.
Me encamino a tu portal
para emigrar a tus brazos,
agonizar en tus besos
y desfallecer sin miedo ante vos.