domingo, 19 de abril de 2009

Lluvia























Como breva acharolada

cae el amor

por su propio peso,

sobre la boca que besa

las manos del cielo.

Instante de soles sin infiernos,

reposando en praderas sin venenos.

Brillo en ojos cándidos,

sofocado por la noche

de palabras.



1 comentario:

José Ángel Corona dijo...

Si llueve así, de amor, pues, que nos de catarro!

Un beso!

Nos vemos!