
Ojos de cadáveres secos
por el horror de no saber
encontrar la propia mirada.
Muerte que puebla la boca,
muerde broncas y
traga frustración y dolor.
Labios en fuga
por desfiladeros
de palabras inertes.
sombras desmayadas
detrás de los espejos
cansadas de noches
por no poder
ni siquiera llorar.