
Mano impalpable
estrangula los músculos de la nuca.
Se encoje la cara de dolor.
El peso de los fantasmas
se hacen sentir sobre las espaldas.
Se espanta el miedo
al ver en mis ojos el hastío
de un grito que no llega,
que se atragantó en el cansancio
de un día sin vida,
sin flores,
ni yo.